jueves, 29 de abril de 2010

LO QUE ESCRIBO ...."MUDA"


Después de CIEGOS , ahora nos toca ser ....

MUDOS

Ahora ya no decimos palabras de amor.
Ni las pensamos.
Ni las escuchamos.
Hemos sellado nuestros labios,
perdido su contorno,
destruido sus surcos.
Para no encontrarlos,
para que vaguen errantes por nuestros rostros
en busca de un nuevo aliento.

Porque nuestros labios mintieron demasiado,
besaron sin cuidado,
se abrieron sin medida
recorrieron cuerpos
perdidos en su deseo...

Y ahora están secos
sedientos y agrietados.
Morirán en barro
Se convertirán en polvo
Y el viento se los llevará
Para no volver a tu lado

domingo, 18 de abril de 2010

MI TOCORORO

Mientras cruzábamos el inmeso azul y todos dormían me dediqué a inventar paisajes imaginarios sobre mi nuevo lugar…
El día se hizo noche y la noche, la primera noche, se llenó de música en la primera esquina. El primer son de timbal agitó nuestros corazones empezándolos a acostumbrar al ritmo cubano.

En mi ventana asomaba el sol de La Habana .Me asomé para descubrir lo que la noche anterior la escasa luz me escondía. Ante mí, el paseo del Prado, lleno de árboles que acariciaban el cielo, lleno de gentes en desorden incierto, lleno de los primeros acordes del día…

Caminar por la Habana vieja es viajar en el tiempo. Los colores de las casas se degradan por momentos, mientras una viejecita fuma un puro esperando un peso. Los pitidos de los carros, el griterío y la música se unen en sinfonía. Tan pronto veo una sonrisa como unos ojos cansados y todos quieren hablarnos…
Vinieron a mí sentimientos contradictorios, aquel paisaje decadente por momentos me entristecía pero violentamente era imposible dejar de sonreír, se respiraba alegría.



En la Habana nueva los espacios son más amplios para dejar hueco a la historia que fue y que es .La amplitud de la Plaza de la Revolución es equiparable al sentimiento de este País por los ideales de la misma.
Revolución es : no mentir jamás ni violar principios éticos.






Quizá , muchos de los sentimientos que evoca esta ciudad se deban a la música y al baile. Cada nota , cada paso en este país se vive, se siente, se respira… impregnan la atmósfera de magia. De nuevo es imposible dejar sonreír.
El baile aquí se convierte en una forma de volar, de viajar , de mostrarse espontaneo , de mostrarse libre…su carácter catártico es más que evidente.




En la ciudad de La Habana el día se despide cada noche desde 1898. Es la ceremonia del Cañonazo. En la Fortaleza de la Cabaña una escuadra de soldados vestidos de época redoblan tambores y gritan: “Silensio” . Suena entonces el cañón “La Parca” que recuerda como antaño se cerraban las puertas de la ciudad.


El camino continúa. Abandonamos la sonora capital, el mudanal ruido, por la región Sur de la isla: Trinidad. Dicen de ella que es una de las ciudades coloniales mejor conservada de toda América. Sus puertas siempren están abiertas. Cada fachada tiene reservado un nuevo color.Es fácil detenerse a hablar con sus gentes, rápidamente comparten sus vidas contigo. En ocasiones, hasta lo poco que tiene, te lo dan.
Su plaza es una auténtica postal y tras ella, se esconde la casa de la música. Cuando el sol de un día duro se pone, de nuevo se escucha la música , de nuevo un baile y de nuevo una sonrisa …





Y después de muchos días, volvimos a encontrarnos con el inmeso azul. Esta vez el de la tierra. Las aguas del Mar Caribe descansaban frente a mí. Y ante aquella visión, me sentí pequeña. Me sentí al otro lado de todo lo que amaba...




“No existen uno sino varios universos”. Mientras escuchábamos estas palabras contemplábamos esta postal: Playa Pilar. Tras dos días de carretera, de compartir sueño y cama con familias cubanas, de conversar con los desayunos que ellas mismas nos preparaban y gracias a la ayuda que muchos nos prestaron…llegamos a Los Cayos.
Fue entonces cuando pensamos que éste era uno de “esos universos “.






Volvíamoa a despedir al sol .Y regresábamos a la gran urbe deshaciendo el camino pero esta vez por el norte de la isla.
El camino nos guardaba un último secreto: la hoja de tabaco, los campos , la tierra roja , todos los verdes del mundo se escondían en Viñales …





Entramos en la cueva del indio y por primera vez en nuestro viaje se hizo el silencio.Nos escuchamos a nosostras mismas .Nuestra respiración acompañaba cada movimiento de nuestra mirada que curiosa buscaba las formas que la caprichosa naturaleza había esculpido en las rocas.



La última parada, de nuevo en La Habana , antes de volver a casa : El callejón Hamel.Salvador es un artista que hace su propia versión de Dali y Gaudí a lo cubano. Este callejón del Vedado es el mejor ejemplo del arte cubano que todo lo recicla , que a todo le da color , que a todo le da un sentido….



Y el camino se acaba…
La mejor fotografía: el recuerdo en nuestras retinas.
El mejor baile: el olvido de nuestro propio cuerpo.
El mejor sonido: el de nuestro corazón a ritmo de maracas.

“Si toda Cuba fuese un Tocororo , sería Cuba un paraíso”